Cine y sueños

Lógicas oníricas en la expresión cinematográfica

 

                                A lo largo de su historia, el cine fue                                                    muchísimas veces relacionado con la                                                poesía y con el mundo onírico que,                                                     después del psicoanálisis y el

                                          surrealismo, tienen en ciertos

                                          autores el tinte de una realidad

                                          más genuina, ligada a una Verdad

                                          afectiva que trasciende los límites

                                          del raciocinio.

               

En general, todas las artes, cuentan con recursos expresivos que, tomados de maneras particulares y conformados en distintas relaciones, dan a cada obra su carácter único y marcan en cada autor su obsesión y su estilo. La imagen, tiene, entre otras, la capacidad de expresar muchas relaciones a la vez. Así, puede generar órdenes expresivos que escapan a la sucesión (condición necesaria, desde Hume, del concepto de causa). El cine como imagen móvil (y, desde fines de los años 20, capaz de sonido) puede, entre otras cosas, crear relaciones sucesivas entre relaciones simultáneas, ritmo de ritmos, desbordando las lógicas expresivas, cognoscitivas y afectivas que rigen otras áreas de la cultura.

 

La propuesta es explorar ciertos elementos, disposiciones o lógicas oníricos que ejercen su fuerza en el núcleo mismo de la obra de diversos cineastas entre los que podemos mencionar, por ejemplo, a Dreyer, Pabst, Epstein, Hitchcock, Resnais, Schroeter, Conner, Herzog y Duras. Para analizarlo, nos detendremos con más profundidad en los rasgos generales de la obra de algunos de ellos.

 

No se requieren conocimientos previos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ejes temáticos:

1. La fuerza de una obra más allá de la narración:

Orden ritmo y sentido, el cine y el movimiento, la imaginación técnica. El aporte del mundo onírico en la experiencia del cine.

 

2. Pabst y la representación de un sueño:

Dar un sentido discursivo a un sentido afectivo, una posible realidad como referencia dudosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3. Epstein y su extraño relativismo progresista:

La idea de trascender la razón como parte del proceso evolutivo, el lugar del cine en este proceso, los elementos sobre-racionales en su propio cine.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4. Herzog y su sinsentido final:

La quietud que subyace al movimiento, las peregrinaciones sin Dios, la gestualidad de las ambiciones absurdas y la realidad aún más absurda que se impone. Aquello que no ocurre ni en sueños, pero ocurre en su cine.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5. Schroeter:

El sonido y el color llevando al extremo el trabajo relativista que, según Epstein, el cine mudo estaba llamado a desem-peñar hasta que irrumpió la palabra hablada.